1.   ¿Considera usted adecuado el nivel de inversión dirigido a la sostenibilidad de la educación dominicana?

¡Pienso que no! Puesto que, este país se considera como una de las economías más prósperas a nivel del caribe. En los últimos 25 años, nuestro país ha experimentado un fuerte período de crecimiento económico, manteniendo su rápida expansión previamente a la pandemia del COVID-19, con una tasa de crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PBI) de 6,1%. Evidenciándose que existe suficiente fuente monetaria para tener una educación con los más altos estándares de calidad a nivel de infraestructura, dispositivos digitales, conexión de calidad, buena alimentación, capacitaciones vanguardistas a los maestros, entre otros aspectos de mucha relevancia. ¡Pero es todo lo contrario!

En los distintos gobiernos de Estado el nivel de corrupción es cada vez más elevado, afectando a todos los ministerios que conforman las estructuras gubernamentales; no siendo la excepción el ministerio de educación (Minerd). Nuestra realidad en materia educativa es alarmante ya que es evidente en los estudios internacionales que se realizan para medir la calidad de la educación de los países del mundo, que estamos en los últimos niveles de calidad de la misma.

Pienso que la corrupción es uno de los factores más nocivos para el progreso que necesitamos como nación. El derroche de dinero, procedente del 4% del presupuesto nacional es una de las peores burlas que los políticos han hecho a los dominicanos. Puesto que, están improvisando con una de las bases para el desarrollo de un país, hablamos de la "Educación". Y, en cuestión de sostenibilidad solo se ha quedado en el marco teórico, con sentido utópico.

2.   ¿Cuáles medidas usted considera necesarias para hacer coincidir el enfoque de educación para la sostenibilidad, con la necesidad de una educación sostenible?

En primer lugar, tenemos que tener claro el concepto de sostenibilidad y/o por qué no, el de educación sostenible para un tener un objetivo claro del cual partir y obtener resultados.

Pero no solamente es eso, se necesita un diseño curricular no meramente dominicano, pero si adaptado a la realidad del país principalmente, sin menospreciar los demás temas de interés internacional y/o mundial. Pudiendo también enseñarse como asignatura en los centros educativos, además de tener un personal capacitado que supervise su enseñanza.

Por último, en el nivel secundario, en vez de aplicar solamente las pruebas nacionales para medir el grado de conocimiento de los estudiantes; no siempre arrojando el mejor resultado cuantitativo. Por ende, sugiero que sea puesto en marcha un plan piloto con la finalidad de que los estudiantes puedan realizar proyectos que sea sostenibles y aprobados por los distritos educativos. De esta manera se promueve un sentimiento por la investigación científica y socioeconómico para el desarrollo tanto local, nacional.